¿Qué es?
La hepatitis C es una infección producida por la infección con el virus de la hepatitis C (VHC). Muchas personas con Hepatitis C son asintomáticas, aunque alrededor del 75% de estas personas llegan a desarrollar una hepatitis crónica.
Debido a que los síntomas pueden llegar a tardar años o incluso décadas en aparecer, muchas personas siguen sin saber que tienen un problema. Para cuando uno empieza a encontrarse enfermo y buscar ayuda, ya se ha hecho un daño considerable al hígado. Esto podría haberse evitado si se le hubiera diagnosticado antes la enfermedad.
Alrededor del 20 al 30% de las personas suelen eliminar por sí mismos el virus del cuerpo, pero en el 75% de los casos, la infección se hace crónica. En estos casos, el sistema inmunitario no ha sido capaz de eliminar el virus por sí mismo y éste permanecerá en el cuerpo a menos que se reciba tratamiento médico. La mayoría de estas personas presentan síntomas intermitentes de fatiga o incluso, ningún síntoma, pero el hígado podría estar dañado.
¿Cómo puedo contraerla?
El VHC se puede transmitir mediante relaciones sexuales con contacto vaginal, anal u oral. El virus de la hepatitis C suele transmitirse por contacto sanguíneo. Una de las vías más frecuente de contacto suele ser al compartir agujas hipodérmicas de drogas psicoactivas o de consumo social (casi el 45% de los consumidores de drogas intravenosas contraen la infección de este modo).
Así mismo, también se puede contraer la infección realizándose tatuajes o piercings corporales con instrumentos sin esterilizar, compartiendo cepillos de dientes y maquinillas de afeitar. El VHC también se puede contagiar mediante tratamientos médicos en países en vías de desarrollo, realizando transfusiones sanguíneas sin analizar y también la puede transmitir la madre a los bebés, durante el embarazo o el parto.
En raras ocasiones se transmite entre parejas heterosexuales monógamas, pero existe un riesgo de infección entre los homosexuales y la comunidad de infectados por el VIH.
¿Cómo sé si la he contraído?
Normalmente, la hepatitis C no presenta síntomas, por lo que es muy importante realizarse un chequeo periódicamente en el caso de que se haya expuesto a contraerlo. Si se presentan síntomas, estos pueden incluir: cansancio, dolor en los miembros, problemas digestivos y lagunas mentales.
Pruebas diagnósticas de la hepatitis C
En Better2Know puede realizarse la prueba diagnóstica de la hepatitis C, ya sea de forma individual o como parte de nuestro Análisis ultracompleto (“Platino”). Para hacerse la prueba, sólo se precisa una muestra de sangre. Esta misma muestra también se puede utilizar para todas las pruebas de E.T.S. que desee solicitar, incluidas las del Análisis de detección precoz.
Los resultados están disponibles el mismo día en que el laboratorio recibe la muestra. En el caso de que dé positivo, un médico de Better2Know podrá ayudarle y aconsejarle sobre los pasos que debe seguir.
¿Cómo se trata?
El virus puede ser tratada con medicamentos recetados. Estos medicamentos son el mejor remedio para eliminar el virus del cuerpo y habitualmente, se utilizan conjuntamente como terapia de combinación que ha demostrado ser eficaz en un rango del 55 al 85 por ciento de los casos. Algunas cepas o genotipos del VHC tienen más probabilidades de responder que otros.
Incluso si el virus no se ha eliminado totalmente, los tratamientos pueden reducir la inflamación y cicatrización del hígado. No obstante, existen nuevos medicamentos que se pueden tomar junto con los anteriores e incluso están por salir unos mucho más nuevos en un futuro próximo con los que se obtendrán mejores resultados.
Muchas personas han observado que un nuevo enfoque y estilo de vida ayuda a tratar los síntomas y a mejorar la calidad de vida.
Las personas con infección crónica por VHC deben visitar a un especialista del hígado (hepatólogo) en un hospital, que realizará un seguimiento y evaluará la progresión e idoneidad del tratamiento.
Consecuencias adversas
Si no se detecta y se trata a tiempo, puede quedar expuesto a un mayor riesgo de contraer el VIH y otras E.T.S. contraídas a través de relaciones sexuales sin protección. También puede causar inflamación crónica del hígado (fibrosis), cirrosis y puede provocar cáncer de hígado. Si está embarazada, la comadrona podrá asesorarla para que no se la transmita al bebé.
Aproximadamente una de cada cinco personas con una afección crónica desarrolla cirrosis hepática a partir de un plazo de 20 años.
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