En su mayor parte, las infecciones de transmisión sexual pueden tratarse fácilmente. La gran mayoría responde bien a los antibióticos, y la mayoría de las otras infecciones pueden curarse con tratamientos eficaces supervisados por un médico.
Pero algunas infecciones están luchando. Muchas bacterias están ganando terreno en la carrera armamentista entre patógenos y productos farmacéuticos.
Y una de las bacterias que está adquiriendo terreno es una que la mayoría de la gente ni siquiera ha oído hablar: Mycoplasma Genitalium.
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El micoplasma es una infección bacteriana que se transmite de persona a persona a través de la actividad sexual, como el sexo sin protección y compartir juguetes sexuales. Es más común en fumadores, personas con parejas sexuales múltiples, jóvenes de ambos sexos, grupos de hombres mayores, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y personas seropositivas.
Aunque el micoplasma se considera una ITS, las bacterias que causan la infección también pueden encontrarse en los órganos genitales normales y sanos. Una infección ocurre cuando estas bacterias crecen hasta alcanzar un nivel desequilibrado.
Las infecciones por micoplasma generalmente no producen ningún síntoma y a menudo pasan desapercibidas. Sin embargo, cuando aparecen los síntomas, pueden afectar a hombres y mujeres de manera diferente.
En las mujeres, los síntomas pueden incluir:
Aunque la mayoría de las personas pueden vivir con un nivel adecuado de bacterias de micoplasma en sus vías urinarias, cuando estos niveles se desequilibran, los efectos pueden dañar seriamente su salud general.
Con frecuencia pensamos en los microorganismos como bacterias que se mueven a lo largo del camino, trabajan de la misma manera cada vez. Ya que sabemos cómo funcionan, podemos desarrollar tratamientos efectivos contra ellos.
Pero las bacterias son organismos vivos. Si se les da la oportunidad, mutan y evolucionan para superar su entorno. Esto es cada vez más cierto en el caso de las infecciones en todo el mundo, incluidas las ITS.
Muchas infecciones que tratamos con antibióticos son cada vez más resistentes a nuestros medicamentos. Esto se está convirtiendo en un problema grave para los sistemas de salud de todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud estima que alrededor de 1,27 millones de muertes en 2019 fueron causadas por infecciones que han desarrollado resistencia a los antibióticos. Estas infecciones contribuyeron a otras 4,95 millones de muertes. Ya vemos esto en el mundo de las ITS. Muchas cepas de gonorrea, una ITS bacteriana común, han desarrollado resistencia a los antibióticos. Aunque muchos ensayos clínicos están desarrollando nuevos medicamentos para combatir este problema, las formas resistentes de gonorrea siguen siendo motivo de preocupación.
Pero la gonorrea no es la única ITS que ha desarrollado esta resistencia.
En los últimos años, se ha observado un aumento de la resistencia a los antibióticos en el Reino Unido. En varios estudios realizados con pacientes de Italia, Alemania, Bélgica y China se han observado muchos pacientes con cepas de Mycoplasma Genitalium con resistencias multirfarmacológicas, y algunas cohortes alcanzan hasta el 100%. Según un estudio que siguió la aparición de la resistencia a los antibióticos en toda Europa, la literatura publicada entre 2012 y 2018 muestra que la resistencia a los macrólidos estaba aumentando rápidamente en la región, con muchos países superando el 50%.
Aunque la situación es compleja, la causa principal del aumento de la resistencia a los antimicrobianos es el uso indebido de antibióticos por parte de las personas.
En resumen, usamos demasiados antibióticos. Estos medicamentos a menudo se prescriben en exceso (se usan en situaciones donde no son necesarios) o se utilizan de manera incorrecta (los planes de tratamiento son inconsistentes o no se completan). Esto permite que ciertas cepas de bacterias desarrollen resistencia a través de mutaciones genéticas.
La eficacia cada vez menor de los antibióticos para tratar muchas enfermedades, desde E. coli hasta Staphylococcus aureus y neumonía hasta candida, reducirá los resultados sanitarios para millones de personas en todo el mundo.
La mejor manera de evitar contraer una ITS es practicar sexo seguro. Esto significa utilizar condones, diques dentales y otros métodos de barrera para prevenir la propagación de estos patógenos.
Si estás preocupado por contraer una infección de una situación determinada, el sexo sin penetraciónpuede ser una opción para mirar. Y siempre hay abstinencia.
Sin embargo, la abstinencia y el curso externo no son realistas para muchas personas, y las infecciones se propagan a pesar de las mejores intenciones de las personas. Si te diagnostican una ITS, sigue el plan de tratamiento de tu médico lo más estrictamente posible. Esto significa completar cualquier curso de medicación que se te prescriba. Al hacer esto, te estás asegurando que la cepa de bacterias que tienes es eliminada y no tendrá la oportunidad de desarrollar resistencia.
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